Naturaleza de un sueño


Hay ideas que por la naturaleza de su cuerpo deben vivirse, puesto que, aprender de la experiencia ajena es dejar de ser para pasar a ser algo que nunca hemos sido. 
En efecto, vivo, no le creo a nadie, de lo contrario asumiría el riesgo de que mi cuerpo sería un limite que no podrá moldear la belleza inconvencible de la vida y en consecuencia tendría un alma que si bien no es mía, vendría siendo una extensión del pensamiento de otro, un punto suspensivo, un etcétera que nunca se atrevió a ser titulo. 
Por eso no estudie filosofía. Al menos si no puedo ser yo mismo quiero vivir en el intento. Morir en el intento ya no aplica, hoy en día todos los días se nos muere algo y no se vuelve un intento sino una despreciable ganas de caer en lo que otro dice. 
El medio para no caer en la instrucción es soñar. ¡Dése el lujo de soñar, el sueño es delicioso! es faltarle al respeto a todo lo cotidiano; son experiencias incontables en modos de consciencia absolutamente moldeables de una naturaleza inconvencible. No hable, sueñe. 
Hablar es tiempo pasado, pensar es tiempo presente, soñar son tres tiempos. Eso, es vivir en todo tiempo; vivir para soñar y ser puro infinito. 
Vivir es soñar y soñar es locura y ser loco es la instrucción. Entienda la locura como una voluntad íntimamente fiel a la capacidad de potencializar exteriormente sus emociones o sueños. Así pues, soñar es razonar con usted mismo. Locura es la máxima expresión de cordura, conocer cosas en las que no cree y creer en cosas que no conoce. 



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