Bélicos
Eres demasiado instante como para que te afecte el tiempo. Yo soy demasiado tiempo.
El tiempo conoce muchos accidentes y tu fuiste uno de ellos. Nuestro nacimiento fue demasiado pretendido como bélico, pues, se libraron muchas guerras de independencia cuando te conocí. Tuve que desprenderme con brutal sinceridad de algunos miedos y librar teatralmente una valerosa visión de verme contigo, algo realmente bello que recuerdo con gracia:
"Tengo una novia, pero ella no sabe que es mi novia".
Me expropiabas, me declarabas totalmente insuficiente frente a ti. Ya no tenía armas que esculpir, flagelos que atacar, zonas que colonizar ni máximas de guerra que decir... me declare totalmente invadido, acorralado y perplejo, frente a la colosal dictadura de tu éter y ese régimen estético de tus cauces.
Eres un símbolo social y erótico. Eres pura revolución gestual. Eres un templo, una campana que redobla al medio día. Yo, yo soy un monaguillo enajenado de tus ruidos y tus tintes, de tus formas y tus cejas, de tus aplausos y ritos.
Eres un símbolo social y erótico. Eres pura revolución gestual. Eres un templo, una campana que redobla al medio día. Yo, yo soy un monaguillo enajenado de tus ruidos y tus tintes, de tus formas y tus cejas, de tus aplausos y ritos.
Aun así, tenía mis tácticas de guerra; estrategia y astucia, como tararearte una frase de Lechowsky en la piel, o un tango porque todos los tangos tienen una frase que te puedo dedicar, al igual que todas las baladas. Definitivamente era un buen ataque, rendías culto a cada choque de los tangos con los poros, redoblando los pulsos cardíacos y trompeteando gestos con sonrisa de luna.
Y es que te dedicaba tangos para que supieras todo lo que pensaba de ti, aun así, eran deficientes los sonetos. No comprometían mi pensar...
Comentarios