Prioridades -filosofía de bolsillo-

Creo que la filosofía sobrevive en nosotros, los jóvenes, pues en nuestra naturaleza aún reposa un poco la necesidad de la novedad y necesidad de verdad, también, que es lo que impulsa su búsqueda. Por ello, considero necesario un llamado a la libertad subjetiva o al menos un poco de libertad de opinión.
Cualquier sociólogo o determinista frunciría el ceño con una posible noción de individuo, teniendo en cuenta tantas causalidades que nos trascienden y nos condicionan... sin embargo, salvo la patria diciendo que aún conozco grandes discusiones y grandes oradores que no sobrepasan los 25 años, escondidos en un anonimato precioso, allí donde deben estar siempre, esperando ser rebatidos en una noble discusión intelectual, pero donde claramente he notado posturas y una clara noción de "individuo".
Creo que ese es el lugar del filosofo, la discusión de sofá y de café, de pasto y de cielo abierto.
En mi último año de materias en Derecho me decepcione mucho con la clase "filosofía del Derecho" pues tarde solo dos sesiones en darme cuenta que era "historia de la filosofía del Derecho" no "filosofía" en sí. Ahora, la pregunta que me harían sería ¿Qué es filosofar? y creería yo que filosofar es dialogar... con uno mismo y después con los demás, y así construir una noción de verdad colectiva, que se va legitimando a medida que se construye una verdad que busca interpretar lo que vivimos, ahora, en este momento, no lo que un clásico decía de una realidad que sucedió hace siglos. Claro, entiendo el principio de "ver para prever", pero considero que se llevó a un extremo nocivo, que se confundió con "erudición" y menos precio por quien se abandere discursos filosófico sin conocer un libro.
Lo anterior lo escribo porque creo que ese es el problema estructural de nuestra generación. Dejamos de dialogar, de debatir, de reflexionar y cuestionar lo que sucede a nuestro al rededor, porque de cierta forma nos hicieron creer que esa tarea de preguntar y cuestionarse todo era apta solo para unos individuos probos, con academia y libros encima, experiencia, canas y una que otra insignia de autoridad. Pero no es así, creo que el dialogo con uno mismo y con los demás es tarea de todos y entre mas simple, mejor.
Allí reside la filosofía... no el filosofo; necesitamos filosofía, no filósofos.
Es que de eso se trata, de cuestionar y rebatir, de ser objetivos y apuntar siempre al problema mas actual posible, dejando de lado la necesidad de cumplir con el prototipo y decir "soy filosofo"... eso ya no importa, importa filosofar y trascender, no la expectativa simbólica que otros tengan de nosotros.
¡Después si preocúpense por tender o no la cama!

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