Este poema es tuyo, pero nunca te lo mostré

Si se inquieta

si su luz se asemeja

dile que soy fuego

que hace mucho me incendié

eclipsado con la luna.

 

No recuerdo

si era sombra todavía

cuando fuimos

un solo insomnio.

 

¿Empezamos

a llover?

¿Fuego?

¡Volcán!

 

Roma ardió…

 

Roma ardió y Nerón tocaba la lira

mientras yo, te besaba las ideas

y carburaba tu luz con mi sombra

en un único suspiro de fuego.

 

Más que ceniza

el placer de arder

sobre tu alma

siempre fue mi propósito.

 

Siento sabotear tu criterio

Pero no me hables de lugares

De lunares

De juglares.

 

Porque soy

la angustia;

el paso previo

de la decisión.

 

¡Sé que he de morir!

En la comisura

de tus mieles;

el borde puro del abismo.


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