Poema para ella II
¿A quién le aviso cuando aparece la aurora?
¿Cómo explicarle a otros, la música que no escuchan?
¿Cómo convencer a un ciego
de la delicia visual del lirio
que se funde con el cielo?
Vana tarea.
Una cosa es amar y otra es entender lo que se ama
¿Para qué racionalizar un sentimiento?
¿No es acaso eso, lo más parecido a enjaular un misterio?
Dejaría de cantar.
Las golondrinas son libertad y pureza
Como el infinito gesto de tu alegría
El cual nunca se sabe dónde termina
Aun, cuando ha rebosado mi alma.
Podría opinar sobre los copos de nieve
O analizar, la fuerza etérea del humo
Pero ¿Para qué?
Si sentirlo es la explicación misma.
Como cuando me arrojas sobre tus pliegues
Y comprendo la delicia de la utopía
Que se esconde debajo de tu piel.
No conozco el futuro.
Pero sentirte, estando presente, me hace sentir eterno.
¿A dónde va nuestra gloria?
¡Pertenece al infinito!
Pues suficientes cielos hemos creado
Para hablar de la constelación
Que ha creado nuestro universo.
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