Debajo del agua

Me sueño en forma de nogal
con olor a letras
en la esquina de la mesa
donde respondes "¿Por qué?"

Es un pequeño capricho,
es porque siempre hubo libros
y siempre los habrá
en la casa que siempre soñé.

Aspiro a convertirme en libro
y que mis hojas sean de nogal
o de olivo,
aún no lo sé.

Pues aún creo en los momentos
del fuego y del rugido,
a pesar de que hoy culpen a estos
por el solo hecho de ser.

Mi testimonio he de exponer.
He de sabotear la tranquilidad del otro...
Es cuestión de desencuentros.
Reconozco. Sé perecer.

Pero, prefiero la mente que sigue al aliento
o el beso que se desprende de la piel,
y así, contemplar la redundancia
de habitar en el papel.

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