Horizonte de eventos

A pesar de este libro
sigo siendo ruina,
porque, aunque hago poesía
no soy poeta;
aunque camino
no soy el camino.

¿Cómo he de ser lo que piso?
¿Cómo he de vivir lo creado?
¡Es ajeno!
Lo dije, lo hice, no lo puedo desdecir,
pero es de todos,
menos mío.

Gracias, poesía
gracias, camino
pues han construido con firmeza
monumentos anónimos,
intensidades insondables.

Empero,
soy un forastero
de lo que he dicho
-pues mi mayor anhelo
no es recorrer lo que dije,
si no,
explorar todo
lo que tengo por decir-.

El silencio
que se vuelve poesía
he ahí mi mayor aspiración.
La poesía, que se vuelve cuerpo
he ahí mi mayor respuesta.

¿Y el poeta?
¿En qué se vuelve el poeta?

Nada,
en un pedazo de suspiro
en un pedazo de silencio,
en un fragmento intangible
que revolotea en las páginas
donde ha dejado su alma.

En forma de intensidad, quizá;
en forma cotidiana, tal vez;
o en forma de silla azul
donde cerrando los ojos
esperamos
estar sentados en el cielo,
o en una nube,
o en cualquier cosa
similar a la utopía.



Comentarios

Entradas populares