Vibración sublime
La verdad es esa, y es que somos una conexión, una armonía. A mi me impresiona muchísimo cuando me choco con una persona en la calle que va para un sentido diferente al mío, es decir, cuando en un punto imposible nos encontramos y nos damos cuenta que ese pequeño momento es el reflejo del universo: un sin fin de armonías diminutas y sencillas que reflejan el Todo que somos. Dios escondido en la sencillez. Somos, además, el producto de un planeta entero que, según algunos, ha nacido de un cumulo de estrellas que posiblemente se crearon por un big bang y un big bang, creado por Dios; la nada, la nada armónica. Eso me hizo toparme a lo largo de la vida con muchas personas y circunstancias, que, da lo mismo si provienen de un cúmulo de estrellas o un meteorito, a la final, todos tenemos un poquito de cielo en los huesos, una galaxia en los ojos, un sol en la punta del alma.
Se trata de entender los contrapesos como necesaria oposición a lo imposible. Y no hay mayor armonía que esa, entender qué lo que nos hace iguales, es precisamente que todos somos diferentes.
Se trata de entender los contrapesos como necesaria oposición a lo imposible. Y no hay mayor armonía que esa, entender qué lo que nos hace iguales, es precisamente que todos somos diferentes.
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